Por Carlos Jiménez

En un artículo anterior* comentamos sobre las posibilidades que ofrece Internet como medio publicitario efectivo, ya que la Web es un medio de comunicación que cada vez abarca una porción más importante del mercado. En esta ocasión ya no veremos a Internet como un medio sino como un mercado, donde compradores y vendedores confluyen para realizar operaciones comerciales.

Lo primero que debemos hacer es  romper el mito de que el comercio por Internet se limita  estrictamente a operaciones de compra venta entre grandes empresas punto com y un universo global de compradores particulares (comercio B2C o business to consumer). Esta creencia,  aunque no es falsa, no describe la multiplicidad de relaciones comerciales que  fluyen a través de la Red.

Empecemos  por decir que el vendedor en Internet puede ser una empresa pequeña, mediana o grande, incluso una persona sin ninguna locación comercial. Por otra parte, los compradores no sólo están conformados por personas sino por empresas de cualquier tamaño.  En este sentido, el comercio se puede dar entre empresas y personas; entre empresas (comercio B2B o business to business) y entre los propios particulares (denominado P2P o peer to peer).  Aun cuando el mayor volumen de  transacciones ocurre entre empresas, el comercio entre particulares ha venido ganando mercado.

Otra creencia que podemos  cuestionar  es aquella en virtud de la  cual para hacer comercio electrónico  se requiere de una inversión cuantiosa. Aun cuando muchas empresas han invertido  buena parte de su presupuesto en  ampliar sus plataformas para transacciones en la red, hoy día muchas de ellas, sobre todo las más pequeñas, se aprovechan de  las estructuras existentes, donde destacan los sitios de subastas para el comercio entre particulares, tales como eBay o MercadoLibre.com.

El comercio electrónico es cada vez mayor y ofrece múltiples ventajas, tanto para el ofertante como para el que adquiere un bien  o servicio.  Para una empresa que quiere  aprovechar este medio, la posibilidad de tener una tienda  abierta las 24 horas  del día, los 7 días de la semana, es sin duda uno de los principales atractivos. Igualmente, este mercado no tiene fronteras y le ha permitido a muchas empresas llegar a clientes en lugares distantes o  a  sectores donde nunca se  había realizado esfuerzo alguno de mercadeo, a pesar de las múltiples restricciones al comercio internacional que todavía existen, como los costos de transporte y los impuestos.

 Como todo negocio, este mercado  también tiene limitaciones  y la mayor  de ellas es la  dificultad de emitir una factura electrónica ajustada al formato exigido por  las autoridades fiscales – SENIAT, en el caso de Venezuela –  lo que incrementa considerablemente el manejo y los costos asociados a la facturación.  Si vendemos a mercados masivos,  también la penetración de Internet luce baja, ya que actualmente alcanza a un 20% de los usuarios, a pesar  de  que la mayoría de ellos pertenecen a los estratos socioeconómicos D y E. 

Como  se deduce de este análisis,   los costos y limitantes de tener un negocio en Internet  cada vez son menos,  al tiempo que las oportunidades y ventajas se incrementan.

Si  después de esta lectura, se siente atraído por la posibilidad de explorar  en  la Web un mercado para la venta de sus productos o servicios, me atrevería a  sugerirle que comience por definir claramente su estrategia y se haga preguntas como éstas:

1.  ¿Qué marca y dominio de Internet usará para su negocio?  

2.  ¿Cuál será su meta con la estrategia Web: vender más, apoyar el proceso de decisión de compra, atender a los clientes que compran fuera de Internet?

 3. ¿A qué segmentos de mercado se orientará? 

4.  ¿Qué mecanismos de pago empleará si va al mercado masivo, considerando la baja bancarización y penetración de tarjetas de crédito en el país?.

5.  ¿Cómo dará a conocer su iniciativa en Internet para incrementar sus ventas?.

*(revista Business Venezuela mayo 2008)