Con el desarrollo de los medios electrónicos, internet se ha conformado en un mercado atractivo para hacer negocios. Lo que una vez fue una red académica y de intercambio de conocimientos, hoy día es un medio de masas que permite que las empresas promocionen sus marcas y productos, como lo han venido haciendo en los medios tradicionales, pero con el aliciente de que internet también es un mercado y permite realizar transacciones.
El crecimiento de internet es constante y no sólo se mide por un aumento en la penetración poblacional, que ya muestra al medio como un fenómeno masivo de mercado, sino que está caracterizado por otros elementos, entre los que destacan: 1. Mayor frecuencia de conexión a internet (aumento de la exposición al medio), 2. Mayor participación de los dispositivos móviles (internet en todas partes) y 3. Un rol más importante en la toma de decisiones de los consumidores (influenciador en las compras).
Esta mayor adopción ha tenido un impacto rotundo en el consumo. El consumidor digital es definitivamente otro, si lo comparamos con su predecesor de la era analógica. Este nuevo consumidor tiene mayor acceso a la información, de manera que está en menor desventaja que sus antecesores al disminuirse las asimetrías entre oferentes y demandantes, propias de los mercados tradicionales. Adicionalmente, tiene el poder de articularse en comunidades para emitir sus opiniones o defender sus derechos de una forma mucho más eficiente.
Por otra parte, con el crecimiento de la penetración, el usuario de internet se parece cada vez más al consumidor promedio, en términos demográficos y socioeconómicos. En el año 2000, el internauta poseía mayor educación, era principalmente de género masculino y tenía un mayor nivel de ingresos, por mencionar algunas características. Estas grandes diferencias obligaban a estudiar a ambos grupos por separado. Ahora, por el contrario, podemos emplear el término “Consumidor Digital”, indistintamente de si utiliza o no los medios digitales. En otras palabras, los usuarios de internet son consumidores y no personas sofisticadas que componen un nicho de mercado.
El reto para las empresas es la comprensión de esta audiencia, no sólo por la necesidad básica de conocer sus necesidades, sino porque esta audiencia está en constante transformación, tanto por su crecimiento natural como por los cambios tecnológicos.