Se hace referencia a la Web 2.0 como aquella Internet en la cual los usuarios no sólo generan contenidos (ya sea vídeo, texto o audio) sino que los comparten con sus pares. Hemos visto como en los últimos dos o tres años los sitios de Internet que permiten publicar y compartir contenidos son cada vez más populares. De hecho, el estudio de Usos de Internet en Latinoamérica elaborado por Tendencias Digitales en el 2008 muestra como los sitios Web 2.0 se apoderan del ranking de sitios más visitados y usos como los videos y las redes sociales se constituyen en usos cotidianos, ligeramente por debajo de los básicos como correo electrónico, búsquedas y mensajería instantánea.

Definitivamente Internet ha cambiado y sigue cambiando la manera como los usuarios se acercan a la información. Ahora, los usuarios leen a otros usuarios, reciben formatos diferentes, comentan otros contenidos, generan los propios y comparten los mismos con su red, no sólo a través de medios tradicionales como el correo electrónico sino de las redes sociales y sitios especiales para tal fin.

En este contexto los medios tradicionales pierden protagonismo y coexisten con millones de espacios comunicacionales que están generando información en tiempo real, en cualquier parte del mundo y lugar a través de dispositivos móviles. Esto se evidencia en que el tiempo que transcurre entre que una nueva aplicación Web 2.0 es generada en un centro de conocimiento y el que tarda en llegar a cualquier rincón del planeta es cada vez menor.

El domingo pasado Venezuela presenció nuevamente un proceso electoral, en este caso para la elección de alcaldes, gobernadores y miembros del poder legislativo estatal. En este proceso, los ciudadanos no sólo participaron activamente a través del acto del voto propiamente dicho sino que siguieron el evento a través de diferentes medios, incluyendo los no tradicionales, los cuales obtuvieron una penetración interesante y que permitieron unos niveles de participación sin precedentes.

Para los usuarios, Internet en esta oportunidad no se limitó a las páginas Web de los medios tradicionales, sino que a través de blogs y herramientas de microblogging como Twitter se convirtió en una plataforma para generar y compartir contenidos sobre el evento electoral en tiempo real y desde distintos lugares del país, e incluso desde el exterior donde personas interesadas seguían el proceso electoral.

Ante un evento como este, signado por una elevada polarización, los grupos de electores pudieron apoyarse en esta tecnología para estar alertas ante posibles irregularidades y así mismo comentar sus impresiones sobre el proceso y su posible desenlace.