Un logotipo es un símbolo que se asocia con una marca. Todas las empresas tienen una imagen que, cuando el consumidor la ve, la asocia directamente con el producto. El público contempla diariamente cientos de logotipos en diferentes soportes y formatos. Hay estudios que demuestran que las personas que viven en ciudades llegan a exponerse a 3000 impactos publicitarios al día, por lo que no es de extrañar la importancia que las empresas dan a su firma digital, una imagen representa toda una marca.

Aunque la aparición de logotipos en televisión no es algo novedoso, con la llegada de los ordenadores, smartphones y otros dispositivos digitales se observa una nueva tendencia, un estilo que se adapta a diferentes soportes. No es la misma imagen de una marca la que se aprecia en una pantalla de teléfono que la que aparece en un ordenador. Cambia incluso en función del sistema operativo con el que se trabaja. Un logotipo se ha concebido hisóticamente como una imagen que evocaba a una marca, pero hoy en día esta imagen se ha reducido a la mínima expresión; ya que un logo de grandes dimensiones no es aceptable en pantallas pequeñas. Donde antes se podía ver el nombre entero de una marca, ahora hay iniciales o iconos que hacen referencia a la marca de forma mínima.

El año 2019 se presenta como otro más de renovación y transformación en cuanto al diseño corporativo de muchas empresas. La tendencia apunta a seguir adaptando los logotipos a los diferentes formatos, manteniendo las cuadrículas como una base de apoyo a la hora de diseñar la nueva imagen. Para tratar de destacar en todas las pantallas que diariamente consume el ciudadano, se apuesta por colores brillantes, que son más visibles en los dispositivos electrónicos más pequeños como los smartphones. Muchas empresas cuentan con diferentes logos que utilizan en función del dispositivo donde se van a mostrar. Es el caso de las multinacionales Disney o Coca Cola, dos referentes históricos en el mundo de la publicidad y el marketing que pueden señalar el camino a otras muchas empresas. El objetivo es simplificar para explicar mejor el mensaje y que éste llegue de forma clara y concisa. En algunos formatos no hay espacio, así que hay que mostrar únicamente lo esencial para que el público identifique rápidamente a la marca.

La situación actual sigue una tendencia que se ha ido transformando desde mitad del pasado siglo, pero que ha experimentado un cambio radical durante la última década. La feroz lucha por la imagen que las empresas de publicidad emprendieron hace ya unos 60 años continúa ahora en el formato digital. De logos estáticos se pasó a diseños más dinámicos con los que las empresas querían hacerse hueco entre los hábitos de consumo de la sociedad. Los colores también han ido modulándose hasta la situación actual, donde el formato electrónico manda. La esencia de la empresa se mantiene. No es otra que la de destacar y que el consumidor identifique su marca rápidamente.